Leopoldo Méndez nació el 30 de junio de 1902 en la Ciudad de México, siendo el menor de ocho hijos de una familia pobre pero activa políticamente.
Antes de cumplir dos años de edad sus padres murieron, se crió al lado de sus hermanos mayores y una tía. Creció en condiciones duras, viendo a sus vecinos luchar para sobrevivir, ésto influyó en su arte ya que mediante él denunció injusticias.
Pelotón de Fusilamiento, Leopoldo Méndez
En 1917 Leopoldo Méndez ingresó a la Academia de San Carlos, lugar en el cual recibió clases de maestros como Saturnino Herran, German Gedovius, Ignacio Rosas, entre otros.
Años más tarde entró a la Escuela de pintura al aire libre que impartió Alfredo Ramos Martínez; pero Méndez se quejaba de que en ninguno de los colegios le permitían plasmar cosas en movimiento. Su formación realmente fue autodidacta y logró el uso expresivo del dibujo añadiendo movimiento.
Los temas que aborda en sus obras son: desigualdad social, personajes exaltados de poder y conflictos globales. La carrera de Méndez estaba conformada por su activismo político, pintura, educación de arte y diseño de libros, lo que lo llevó a integrar junto a Manuel Maples Arce, Gérman Cueto, Arqueles Vela, Fermín Revueltas, Ramón Alva y Germán List Arzubide, un grupo llamado Los Estridentistas. Colaboró en la revista Irradiador, realizó ilustraciones para revistas y periódicos. En 1925 se trasladó a Veracruz y escribió para Horizontes y Norte.
En este periodo realizó sus primeros carteles con temas políticos y publicó en el rotativo 30-30.
Participó como profesor en misiones culturales de la Secretaría de Educación Pública en Jalisco y Estado de México. Al igual que en el revistas cuyo objetivo era la enseñanza de los campesinos y apoyo a los docente, como El sembrador y El maestro.
En 1933 fue miembro de La Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) que apoyaba las causas de la Revolución Méxicana y con su desintegración fue parte de los miembros fundadores del Taller de Gráfica Popular (TGP) en 1937.
Homenaje a Posada es la obra que más me gustó de Leopoldo Méndez porque me pareció impresionante la cantidad de elementos que representó y los detalles que les asignó a cada uno, apoyándose en la utilización de los tonos y el contraste para darle volumen a las figuras, al igual que el manejo de diferentes tipos de líneas con lo que consigue darle textura a cosas como la ropa o paredes:
La obra de Leopoldo Méndez me transmite en general las condiciones sociales que lo rodeaban y su inconformidad con éstas, al igual que su necesidad de expresarse y ayudar a cambiar la situación social.











