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| Autorretrato de Velázquez (c. 1645) |
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez (Sevilla, 1599 - Madrid, 1660).
Estudió y practicó pintura en su ciudad de origen, primero fue discípulo de Francisco de Herrera. Después, a la edad de 11 años, entró al taller de Francisco Pacheco, prestigioso maestro de Sevilla. En 1618, Pacheco otorgó la mano de su hija a Velázquez, años más tarde, dos hijas del pintor nacieron. En esta primera época, Velázquez tiene un estilo que sigue al de los manieristas pero adoptando los claroscuros de Caravaggio, Pacheco elogia sus bodegones, escenas de cocina o taberna con figuras y objetos de naturaleza muerta. Velázquez fue uno de los primeros exponentes del nuevo naturalismo en España.
"El aguador de Sevilla" fue una de las primeras obras que difundió el talento de Velázquez por la corte española.
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| "El aguador de Sevilla", 1619 |
En 1622, Velázquez viaja a Madrid con la esperanza de pintar a los reyes pero eso no sucede, en cambio, realiza un retrato del poeta Don Luis de Góngora y Argote, acto que fomentó su popularidad como retratista. Al año siguiente, Velázquez fue llamado por el conde-duque de Olivares para realizar la efigie de Felipe IV (rey de España), complacido con su retrato, nombró a Velázquez pintor de cámara. De esta manera, a la edad de 24 años, Diego Velázquez se mudó a Madrid, en compañía de su familia, con la intención de servir al rey. Ya instalado en la corte, pudo estudiar obras maestras de la colección real, sobre todo, a Tiziano. Se dedicó a pintar retratos de la familia real, cortesanos y viajeros distinguidos.
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| Felipe IV, 1623 |
Diego Velázquez viajó en dos ocasiones a Italia, la primera vez como un viaje de estudios, donde, según palabras de su amigo Jusepe Martinez: "vino muy mejorado en cuanto a la perspectiva y arquitectura se refería". De regreso en Madrid, Velázquez se dedicó a su principal actividad de pintar retratos, entró a un periodo de variada producción.En 1649, Velázquez realizó su segundo viaje a Italia, en esa ocasión por encomienda de Felipe IV, quien le pidió buscar pinturas y esculturas antiguas. Velázquez llevó consigo algunas pinturas para el papa Inocencio X, de quien ganó favor al dejarse retratar por Velázquez, acción poco concedida a extranjeros.
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| Retrato del papa Inocencio X, 1650 |
De esta última obra, el artista Francis Bacon hizo un estudio, apropiándose de ella y reinterpretándola, para entender un poco mejor hay que agregar que las obras de Bacon suelen reflejar el sufrimiento humano de una forma cruda, por ello, en la reinterpretación que hizo del Papa Inocencio X, podemos ver un personaje con el rostro desencajado, pinceladas gruesas y tonos obscuros que crean una atmosfera propicia y en contraste se encuentran los tonos morados y amarillos que agregan luz pero sin salir de la atmosfera sombría.
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| "Estudio del retrato del papa Inocencio X de Velázquez", Francis Bacon, 1953 |
Regularmente, las obras clásicas son objeto de reinterpretaciones artísticas, esto es una manera de conocer, aprender y encontrar nuevas lecturas de las obras, por ello, considero completamente válido el apropiarse de una obra y entregar a cambio una nueva perspectiva. En lo personal, me parecen interesantes los resultados cuando el artista impregna su esencia en la reinterpretación que elabora.
Algunos ejemplos son:
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| Reinterpretación de "Las Hilanderas", Elena del Rivero |
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| Reinterpretación "El nacimiento de Venus", Harmonia Rosales |
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Reinterpretación de "La creación de Adán", Harmonia Rosales
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| Reinterpretación "A man with a pipe", Mariana Oushiro |
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Reinterpretación "The daughter of man", Anita Kunz
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A partir de un estudio con frottage del retrato del Papa Inocencio X, realicé una intervención digital con noticias web sobre abusos de la Iglesia Católica.