Emblema del Taller de Gráfica Popular, 1938. Xavier Guerrero.
El Taller de Gráfica Popular se fundó en junio de 1937.
Se desprendió de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), que era un grupo que apoyaba las causas de la Revolución Mexicana, este grupo organizó diversas actividades para los obreros, pero se disolvió a principios de 1937.
Los fundadores del TGP fueron Leopoldo Méndez, Luis Arenal, Pablo O'Higgins, y tuvieron una gran influencia del trabajo de José Guadalupe Posada, principalmente en tres aspectos: tomar al pueblo como tema, representación de calaveras y utilización de corridos.
Concierto Sinfónico de Calaveras, Leopoldo Méndez
El fin ideológico del Taller de Gráfica Popular era fomentar causas sociales, tanto temas nacionales como internacionales; por ejemplo, combatir el nazismo y la guerra.
El TGP comienza en el taller del maestro litógrafo Jesús Arteaga, tiempo después se trasladaron a una vecindad en Belisario Domínguez 69 y compraron una imprenta mecánica a la que llamaron "La Comuna".
¡Los hombres, no las armas, deciden!, Elizabeth Catlett y Alberto Beltrán.
El primer cartel realizado en este taller fue para la felicitar a la Confederación de Trabajadores de México (CTM), siguieron algunos en apoyo a la República española y contra el franquismo. También, durante la Expropiación Petrolera de 1938 hubo una gran producción de carteles. En la Segunda Guerra Mundial también desarrollaron un papel importante ya que el TGP se caracterizó por su incansable producción.
Al incrementar la producción, los artistas fueron mejorando las formas y técnicas, integrándolas mejor.
Compañeros Eztranjeros, Arturo García Bustos
En 1940 algunos integrantes del TGP organizaron un ataque contra León Trotsky, el cual falló, pero aún así trajo consigo algunos problemas para el TGP, aunque los verdaderos culpables del ataque habían escapado. Se produjo una ruptura entre los integrantes, tiempo después del ataque se dio la salida de un grupo de artistas, pero las discusiones se habían dado por cuestiones económicas, ya que el dinero era insuficiente para cubrir los gastos.
Después de éstos sucesos los rodeó la suerte con la llegada de artistas exiliados que enriquecieron y renovaron el trabajo y producción del TGP.
El TGP tuvo reconocimiento en otros países y logró ser considerado, después de la obra de Posada, como una imagen del grabado mexicano.
Leopoldo Méndez, Museo del Estanquillo.
A mi parecer, los fundamentos del TGP sí tienen vigencia actualmente porque aunque no estamos viviendo una gran guerra, en el mundo se dan muchos movimientos sociales, y el objetivo del TGP era apoyar éstos.